Saludos, hoy haremos un análisis de molestos problemas que pueden convertir algo tan placentero como una carrera, en una auténtica odisea, así como posibles remedios para solventarlos:
Excesiva sudoración: la sudoración es consecuencia de la termoregulación que realiza nuestro cuerpo, en este caso consecuencia de la actividad física. La sudoración será mayor cuanto más temperatura y humedad haya en el ambiente, por lo que tendremos que tener especial cuidado en el verano, sobre todo en las horas de máxima incidencia del sol (12:00 - 16:00). Para solventar este problema tenemos varias soluciones:
- Correr muy temprano o muy tarde en verano. Sudaremos mucho menos.
- Si no tenemos más remedio que correr en hora punta de calor, cuidar mucho la hidratación, bajar intensidad y utilizar protección para la cabeza (gorros, gorras...)
- Utilizar ropa transpirable y suelta para evacuar el calor.
- Utilizar gorras o cintas en la cabeza con sistemas de absorción de sudor, de este modo evitaremos que se deslice desde la cabeza hacia el cuerpo.
- Utilizar muñequeras con las que secarnos el sudor.
Rozaduras en pezones: muchos runners se quejan de las molestas rozaduras que sufren en los pezones cuando corren, consecuencia del continuo roce de la camiseta en esas zonas. Algunos incluso llegan a sangrar. Soluciones en este sentido hay varias, ninguna mejor que otra, será vuestra experiencia la que determine cuál es la óptima para vosotros:
- Untar vaselina en los pezones. Esto hará que la camiseta al rozar con la zona resbale sin irritarla.
- Utilizar camisetas de compresión. Aquí el objetivo es que no haya deslizamiento ni movimiento de la camiseta, con lo cual evitaremos el roce en la zona.
- Utilizar esparadrapo, "cinta 3M" o tiritas pegadas en los pezones para taparlos directamente. Hay a quien le funciona pero el problema es que con el roce continuo y el sudor se puede mover, incluso caer.
- Utilizar bandas textiles ajustadas alrededor del pecho (licra por ejemplo) para evitar el roce.
Ampollas: llegó el turno de las temidas y molestas ampollas. Lo cierto es que pueden aparecer por diversos motivos, siendo las soluciones distintas según el origen de las mismas. Veamos:
- Utilizar calzado específico de running. Debemos tener en cuenta que aunque el calzado sea específico, puede que al principio aparezcan ampollas hasta que la horma de la zapatilla se haga a nuestro pie.
- Utilizar una talla de zapatilla óptima. Lo normal es que nuestro calzado de running sea uno ó medio número más grande que el calzado que utilizamos habitualmente. Con los kilómetros nuestro pie se dilata, aumenta su longitud y anchura levemente, lo cual puede provocar ampollas, sobre todo en las puntas de nuestros dedos consecuencia del roce de los mismos con la punta de la zapatilla. Por otro lado, si utilizamos una zapatilla demasiado grande, nuestro pie se moverá continuamente dentro de la misma, lo que provocará rozaduras en diversas zonas del pie y las consecuentes ampollas.
- Utilizar calcetines sin costuras o específicos de running. Las costuras también pueden provocar ampollas consecuencia del continuo roce de las mismas con alguna parte de nuestro pie.
- Llevar los calcetines y las zapatillas ajustadas, si quedan sueltos pueden provocar rozaduras y ampollas.
- Desechar los calcetines excesivamente desgastados pues habrán perdido sus propiedades y ya no actuarán ni ajustarán del modo para el que fueron creados.
- Evitar que esas zonas queden expuestas o descubiertas para evitar el roce directo.
- Evitar llevar ropa demasiado suelta.
- Utilizar ropa compresiva tipo mallas en esas zonas.
- Untar vaselina.
Espero que estos remedios os sean de utilidad. ¡Hasta pronto!.
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