Entre los factores a tener en cuenta en la elección de una zapatilla probablemente la amortiguación, junto al tipo de pisada, sea uno de los más importantes. Todas las marcas dedicadas al running tienen su propio sistema de amortiguación, sin embargo he oído muchas veces a corredores hablar de que no les va bien un tipo de amortiguación o que no les gusta el tacto de la amortiguación de determinadas zapatillas. La verdad es que es muy difícil encontrar una zapatilla cuya amortiguación se adapte al cien por cien a las características del corredor.
He dicho muy difícil, pero no imposible: os presento DNA, el sistema de amortiguación de Brooks. DNA es una tecnología patentada por Brooks que ofrece un gran equilibrio entre amortiguación y recuperación de energía. El material utilizado es un líquido muy resistente que se adapta al peso, velocidad y biomecánica de carrera de cada persona. De este modo Brooks garantiza a sus clientes que su sistema de amortiguación se adaptará a sus características ya que tiene un comportamiento distinto en función de las mismas.
Otras de las ventajas de las que presume Brooks es de que su sistema de amortiguación no se achanca con el paso del tiempo. La mayor parte de los sistemas de amortiguación devuelven menos energía cuanto mayor es el impacto, lo que acaba desembocando en ese achancamiento de la suela de la zapatilla del que ya hemos hablado. Sin embargo con el DNA de Brooks pasa lo contrario, es decir, cuanto más intensos son los impactos, más energía recupera el sistema, lo que alargará la vida útil de la zapatilla al mismo tiempo que las propiedades de la suela se mantendrán intactas durante más tiempo.
Por si esto fuera poco, Brooks asegura que tras cientos de análisis de corredores, han situado los elementos DNA en aquellas partes de la suela donde las cargas son mayores. ¿Se puede pedir más?. Os dejo un vídeo demostrativo de esta tecnología:
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